Un pueblo de Granada vivió hace años el trágico asesinato de la pequeña Anabel. Ahora, 33 años después vuelve a revivir el suceso. La niña fue a comprarse un paquete de gusanitos con el dinero que le dio, para engatusarla, su asesino. El asesino intentó violar a la niña, de cuatro años, y en el forcejeo la pequeña se dio un golpe y quedó inconsciente. El asesino pensó que la niña estaba muerta y la arrojó a un pozo, que luego selló con un bloque de cemento. La niña fue arrojada al pozo con vida, como demostró el fango que se halló en sus pulmones tras la autopsia.
El padre de la niña regentaba una carnicería y el asesino es un indigente aparcacoches. Ahora, tres décadas después, el padre de la pequeña se encontró con el asesino y le asestó varias puñaladas, aunque él dice que fue porque quiso robarle.En Tras la Pista hemos hablado con Francisco Mellado, abogado del padre de Anabel.