En Madrid el ocio nocturno se adapta a las circunstancias con el objetivo de hacer caja antes de que comience el toque de queda a medianoche, por lo que ha adelantado los horarios.
Y no sólo los bares se adaptan sus clientes también. El cambio de hábitos horarios, y la reducción de las reuniones sociales al mínimo se está imponiendo ya en las noches, o mejor dicho, en las tardes madrileñas.