En este primer fin de semana de agosto, aunque miles de madrileños están de vacaciones, la imagen no es la de antes cuando la ciudad se quedaba prácticamente vacía y con la mayoría de los negocios cerrados a cal y canto. Ahora Madrid no se vacía; no se produce el gran éxodo del verano de antaño.
Las vacaciones se reparten más y el dinero da para menos. Irse un mes o quince días ya casi da risa. A ello hay que sumarle que Madrid es punto de destino turístico.