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Esta campaña electoral también va a ser recordada por la batalla de las lonas. Las que han colgado los propios partidos. PSOE, PP y VOX las han hecho con sus distintos lemas, pero también las que han colocado organizaciones y asociaciones con mensajes más polémicos y siempre con un componente de ataque a algún partido político.

Ni el voto por correo ni los mensajes en redes sociales. El soporte electoral más controvertido esta campaña han sido las pancartas de gran formato.

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Lo llaman la guerra de las lonas. Ocho se han desplegado en Madrid en los últimos días. Ayer mismo el Partido Popular colgó la suya. Es un recurso electoral clásico pero nunca se había recurrido a ello con tanta presencia en la calle.

Los ciudadanos asisten con cierta indiferencia a esta exposición partidista , que a veces interpretan como demasiado agresiva.

Estos días, una lona en Chueca sido obligada a retirar la palabra votar, recortada ahora de la pancarta.

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El efecto del mensaje de una lona de gran tamaño tiene un eco multiplicador en televisión y redes sociales. En un mundo digital sigue siendo útil el escaparate analógico, el de toda la vida.

No solo hay una estrategia compleja detrás de cada una de estas lonas, también debe haber un presupuesto generoso: alguna puede costar hasta 40.000 euros.