Como cada año en este día, las miradas y las conversaciones estaban puestas también en los políticos. En una etapa convulsa como la que estamos viviendo en el plano político, hoy era día también de analizar la tribuna de autoridades, con las presencias, las ausencias, gestos y declaraciones.
La tensión diaria hoy se cambia por la cordialidad, saludos entre rivales políticos, e incluso bromas sobre que hacer con esa bolsa que les da la organización. Corrillos entre vicepresidentas por una parte, y ministros por otra, aunque faltaban cinco, tres de ellos de Sumar.
Tampoco ha estado en la tribuna, el presidente de Vox. Santiago Abascal ha asegurado que el Rey Felipe VI no interpretará su ausencia en la tribuna de autoridades y en la recepción en Palacio Real de la Fiesta Nacional como un feo a la Casa Real, pese a que "hay muchos que quieren interpretarlo de esa manera" y ha criticado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que ha calificado de "indecente, corrupto y traidor".
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha afeado la decisión del líder de Vox, y aunque ha defendido que "cada uno toma las decisiones que considera convenientes", el regidor ha recalcado que "el Rey está por encima de todos" y ha instado al líder de Vox a mirar "la lista de los que no" acuden a este acto presidido por los Reyes.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reclamado este domingo recuperar el espíritu constitucional ante "la extrema polarización y el frentismo premeditado que se busca desde las instancias nacionales".
Y aunque, los presidentes autonómicos coinciden en el mensaje de unidad, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha acusado al jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, de alimentar esa " guerra de trincheras y de odios" y le ha recriminado que haya decidido no ser "el presidente de todos los españoles".