La Comunidad de Madrid ha lanzado este lunes una campaña de sensibilización dirigida a los jóvenes, especialmente a las chicas adolescentes, sobre los riesgos de la pornografía y el contenido exclusivo, de carácter sexual o erótico, que se comparte en redes sociales y plataformas digitales a cambio de dinero.
Bajo el lema '¿Te desnudarías delante de ellos?', la iniciativa contará con una inversión de un millón de euros y se podrá ver hasta el próximo 30 de noviembre en medios de comunicación, redes sociales y en el ámbito del ocio universitario.
En la presentación de la campaña, la consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila, ha subrayado que el objetivo es "prevenir la pornografía digital y también actuar frente a esta circunstancia que se ha detectado que es tan necesaria".
Más del 90% de los jóvenes de los adolescentes de entre 12 y 17 años utiliza las redes sociales cada día. Uno de cada tres jóvenes reconoce haber compartido fotos personales con su pareja y casi la mitad ha recibido contenido sexual sin haberlo solicitado, según la consejera.
Riesgo de redes de captación y pérdida de control
Dávila ha señalado que esta campaña busca hacer que las jóvenes, en vez de exponer su cuerpo, "decidan cuidar y proteger su intimidad", ya que esto las hará sentirse "más seguras y también más libres".
Ha explicado que detrás de la difusión de contenido exclusivo hay "expertos entre comillas, que lo que hacen es captar a estas chicas" para que se incluyan en plataformas, "normalizar conductas hipersexualizadas" y "tratar la baja autoestima de las jóvenes, con unos perfiles que ellos conocen, con un contenido completamente irregular".
La consejera ha subrayado que el contenido exclusivo en la red "no es una red privada" y que en el momento en el que una joven lo comparte, pierde el control de su intimidad y de su propio cuerpo, exponiéndose a riesgos psicológicos, físicos, legales y para su propia protección y seguridad.
El Gobierno regional trabaja en el fomento de la educación digital a través de iniciativas de sensibilización y recursos como el Servicio de Atención de Adicciones Tecnológicas (SAAT) para adolescentes y sus familias, que ya ha atendido a más de 43.000 personas desde su puesta en marcha en 2018.
Su programa de intervención se desarrolla en cinco puntos de atención, uno en Madrid capital y el resto en los municipios de Alcalá de Henares, Torrelodones, Móstoles y Pozuelo de Alarcón.
La iniciativa contempla la apertura de un nuevo centro en la región a finales de 2026 para atender los casos de menores expuestos a situaciones de riesgo por acceder a pornografía y determinados casos de violencia en adolescentes relacionados con bandas juveniles violentas.
Aumento del consumo temprano y falta de referentes
El coordinador del servicio de atención en adicciones tecnológicas de la Comunidad de Madrid, Pedro Coba, ha detallado que, según estudios recientes, se está detectando un consumo de pornografía cada vez más temprano, con primeros contactos que se dan incluso a los 10 años.
Este contenido llega a los jóvenes por múltiples canales, como grandes plataformas pornográficas o a través de redes como Telegram e Instagram, donde se difunde contenido aparentemente exclusivo de plataformas como OnlyFans.
Coba ha alertado de que los jóvenes están "aprendiendo a relacionarse en el ámbito afectivo sexual" a través de la pornografía, lo que implica la perpetuación de roles, la cosificación de la mujer y el riesgo de ejercer prácticas violentas. Desde el servicio proponen una intervención especializada y consideran "necesario hablar de estos temas en el aula".
Por su parte, la educadora social del mismo servicio, Irene Gómez Page, ha indicado que la adolescencia presenta un desarrollo sexual con "deseo, curiosidad y excitación", pero la "falta de información y unos referentes que no son precisamente educativos, los pueden mover" a la toma de decisiones perjudiciales, como acceder a la pornografía de forma temprana.
Gómez Page ha instado a los padres a formarse y conocer los riesgos como el 'sexting' (intercambio de fotos íntimas entre iguales), el 'grooming' (acoso sexual a menores) o la sextorsión para abordar el problema, ya que muchos acuden al servicio "bastante asustados" por el medio en el que se encuentran sus hijos.