La joven de 17 años que degolló a su madre el pasado miércoles en Bañolas y que ayer confesó el crimen después de ser detenida en Castell-Platja d'Aro ha sido internada en régimen cerrado tras pasar hoy a disposición de la Fiscalía de Menores. La juez ha aceptado la solicitud de la fiscal, que reclamaba esa medida, que equivale a la prisión provisional en el caso de los adultos, ante la gravedad de los hechos.
Tras prestar declaración, el equipo técnico de asistencia ha elaborado un informe para valorar el estado psicológico de la detenida y ha propuesto esa opción como la mejor para su protección. Al mediodía se han guardado cinco minutos de silencio en Bañolas convocados por el ayuntamiento, que ha decretado dos días de luto por la muerte de Carme Pèlach, conocida por haber regentado durante años un albergue deportivo.
El alcalde Miquel Noguer ha explicado posteriormente a los medios de comunicación que la familia recibía atención de los servicios sociales, pero no le constaba la existencia de denuncias por algún tipo de maltrato ni tampoco advertencia alguna desde el instituto en el que estudiaba la joven.
Después de cometer el crimen, la joven fue a teñirse el pelo a una peluquería de una localidad próxima a Bañolas, se personó después en su instituto y se desplazó finalmente al municipio de la Costa Brava en el que fue apresada. Sin embargo, la nota manuscrita que había dejado junto al cadáver aseguraba que su intención era suicidarse y hacerlo en un paraje de la ciudad en la que vivía, por lo que la hipótesis policial es la de que lo hizo para dar falsas pistas sobre su paradero.
El hijo mayor de la víctima, de 29 años y que fue el que descubrió el cadáver y avisó a la policía, se ha personado como acusación particular. La ahora internada por orden judicial había tenido problemas mentales durante años y había llegado a permanecer ingresada en la Unidad de Referencia de Psiquiatría Infantil y Juvenil, aunque no recibía medicación y únicamente era seguida por terapeutas y psicólogos.