La flexibilidad laboral se va abriendo camino, sobre todo en las grandes empresas. Una multinacional tecnológica americana, Liferay, con sede en Madrid ha puesto en marcha una iniciativa por la cual sus empleados tienen que trabajar obligatoriamente por la mañana de 10:00 a 14:00 horas, el resto de la jornada se realiza a gusto del trabajador.
Se busca de esta manera, juntar los dos mundos, el de la oficina y el teletrabajo con una flexibilidad horaria casi absoluta. Sólo tienen que estar conectados 4 horas por la mañana, lo llaman ventana de disponibilidad, el resto de la jornada se divide como cada trabajador quiera.
Una parte del trabajo requiere estar con los compañeros aún así solo un 20% de los empleados están en la oficina. Y, cuando trabajan de manera presencial disfrutan también de momentos de ocio en la propia oficina.