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El buque Ángeles Alvariño continúa su trabajo. Tras recibir los arreglos necesarios sale de nuevo al mar para buscar, en esta ocasión, a Tomás Gimeno, el padre que decidió acabar con la vida de sus hijas y abandonarlas en el fondo del mar. El lugar al que se dirigirá esta vez el barco está muy cerca de donde apareció el cuerpo de Olivia, la hermana mayor.

El buque Ángeles Alvariño llegó al Puerto de Santa Cruz de Tenerife el pasado sábado a las 8 y media de la mañana. Hoy vuelve a zarpar con diferentes miembros de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial han entrado al barco.

Continúa paralizada la búsqueda de la pequeña Anna por la avería del buque oceanográfico

La búsqueda se reanuda muy cerquita de donde apareció el cuerpo de Olivia porque es ahí donde están geolocalizadas las últimas llamadas que hizo Tomás Gimeno la noche del 27 de abril a las 12 y 27 de la mañana. El barco va a recorrer media milla, aproximadamente, y lo va a hacer en un recorrido rectangular para así poder hallar cuanto antes el cuerpo de Tomás Gimeno, teniendo en cuenta que el de Anna también podría encontrarse muy cerca de allí.

El Ángeles Alvariño trabajará en la zona en la que se perdió la señal del móvil de Tomás Gimeno, cerca de Güímar. La Guardia Civil cree que se lanzó al mar lastrado con un cinturón de buceo horas después de arrojar a las niñas.

Hasta que no se localice el cadáver de Gimeno, la juez mantiene vigente la orden de búsqueda internacional por 3 delitos: 2 de homicidio agravado y 1 contra la integridad moral. En su auto señala que Gimeno mató a las niñas de forma premeditada para provocar un dolor inhumano a la madre.

“No quieren a sus hijos”, explica Javier Durán criminólogo, "los poseen y se erigen en jueces, ellos pueden decidir si sus hijos viven o mueren".

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Los investigadores creen que Anna, al igual que su hermana, fue lanzada al mar en una bolsa atada al ancla, pero en este caso la segunda bolsa recuperada estaba rasgada y tan sólo contenía los lastres dentro, por lo que la búsqueda de la pequeña es mucho más complicada.

La madre de las niñas, Beatriz, ha convertido el dolor en una petición de leyes más duras que protejan a los niños.

La Fiscalía de las Palmas y el Cabildo de Gran Canaria han anunciado que investigarán las declaraciones del sacerdote Fernando Baez que acusó a la madre de ser la culpable de lo ocurrido. La diócesis de Canarias también ha desautorizado al párroco.

Mientras, en toda España se han producido concentraciones contra la violencia de género, en memoria de Anna y Olivia y contra los últimos crímenes por violencia machista. El lema ha sido "por nosotros, por todos, por la convivencia"