Más del 30% de las personas mayores empieza a sentir deterioro de la movilidad, desorientación e incluso delirium cuando ingresan en un hospital. Por ello, algunos centros han empezado a establecer programas específicos para tratar a pacientes muy vulnerables.
En el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles se encuentra esta unidad de fragilidad. En esta planta se cuida hasta el más mínimo detalle para controlar y ayudar a que estos pacientes lleven de la mejor manera posible su ingreso en el hospital. Buscan adaptar el hospital a sus pacientes en lugar de que sean los pacientes los que se tengan que adaptar a los hospitales y que el entorno del paciente durante su ingreso sea reconocible.
Cuando un paciente manifiesta ciertos síntomas, se pone en marcha este protocolo de actuación que, además, ha sido premiado como práctica de humanización por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
