María es joven y después de toda la vida en Madrid quiso cambiar de vida y se hizo con la concesión del bar de Aoslos. Es un pequeño local donde acuden los vecinos del pueblo atraídos por su simpatía y por su cocina. María nos desvela que a los mandos de la cocina está su padre, Jesús, aunque nos confiesa que su gran pasión son los animales.