¿Cuántas veces se han preguntado quién vive en los áticos más altos de nuestra ciudad? ¿Y se habían dado cuenta de que muchos edificios del centro están coronados por imponentes esculturas? Pasear por Madrid suele ser un lujo que no se queda sólo a pie de calle, a veces, elevar la vista nos trae sorpresas, belleza, y mucha historia. Nuestra reportera Irene Falcón ha cogido su cámara y se ha subido a lo más alto para contarnos qué se cuece 'A ras de cielo'.
Acompañados por la mejor cicerone, Paloma Sobrini, directora de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, conocemos algunas de las anécdotas más curiosas de nuestras azoteas. ¿Sabían que durante la Guerra Civil la prensa internacional usaba la terraza del edificio de Telefónica para tomar sus imágenes? ¿O que las cuadrigas que lucen desde la antigua sede del Banco de Bilbao en la calle de Alcalá, en origen cubiertas de pan de oro, fueron pintadas de negro para evitar ser el centro de los bombardeos?
Desde 1977 no había cambios entre las estatuas que coronan el centro. Pero el año pasado se unió a Minerva o al Ave Fénix, Diana la Cazadora, la última incorporación que remata un hotel propiedad de una de las familias más adineradas de México, donde esta diosa es tan conocida como aquí nuestra Cibeles. Además de verla y casi tocarla, visitamos a su creadora, una arquitecta de 58 años reconvertida en escultora hace apenas un lustro, y que ya puede presumir de obra en las alturas.
Accedemos también a azoteas más restringidas como la del Casino de Madrid, en plena calle de Alcalá. Aquí, además de los socios, pueden subir los que estén dispuestos a pagar unos 200 euros de menú, un precio, eso sí, que les permitirá degustar manjares y disfrutar de unas vistas increíbles.
Exclusivas también son las viviendas ubicadas en los pisos más altos de Madrid. Hoy en día los áticos son un producto de alta demanda y escasez de oferta, de ahí los precios astronómicos que alcanzan, sin embargo, en el siglo XIX estaban repudiados y solían destinarse a las casas del servicio. Entramos en uno de casi cuatro millones de euros situado en una de las zonas más privilegiadas de la capital, con vistas únicas, mucho lujo y todo tipo de comodidades.
Subimos también a la azotea del Colegio de Arquitectos de Madrid; al helipuerto, ya sin uso, de la antigua torre BBVA; a la última planta del Círculo de Bellas Artes, al edificio Metrópolis; e incluso a la cúpula de la catedral de la Almudena. Y para despedirnos, vemos las estrellas, por increíble que parezca, desde la terraza de un curioso edificio situado en pleno barrio de Malasaña.
Prepárense porque desde arriba, nuestra ciudad se ve de otra manera. Arranca Mi Cámara y yo: A ras de cielo.