¿Sabían que después de Roma, Madrid es la segunda ciudad con más reliquias de santos del mundo? Dicen que todo comenzó en el Monasterio de El Escorial por una obsesión desconocida de Felipe II, pues no emprendía batalla sin antes consultar a sus reliquias. Huesos, partes del cuerpo del santo o vestiduras que hayan estado en contacto con él, forman parte de unos tesoros que permanecen guardados con altas medidas de seguridad en algunos de los templos más importantes de nuestra capital. Esta semana nuestra reportera Paz Llamas ha salido a la calle “En busca del milagro”.
El Monasterio de El Escorial cuenta hoy en día con 7.200 reliquias. La primera, el brazo de San Lorenzo, llegó en 1568, y desde entonces estos restos de santos se han ido acumulando en este sagrado lugar. Asistimos a un momento privilegiado, cuando abren para nosotros un relicario que solo muestran el Día de Todos los Santos, y descubrimos los restos de San Jerónimo y San Lorenzo, los más importantes del monasterio.
Pero si hay una reliquia famosa en Madrid, esa es la del cuerpo incorrupto de San Isidro, nuestro patrón. Sin duda aquí el milagro es, que después de trasladarlo infinidad de veces e incluso sacarlo en procesión, se conserva en un estado increíble. Entramos en la Real Colegiata donde se conserva a buen recaudo, protegido por una vitrina que contiene un féretro con ocho llaves que en el pasado custodiaban las grandes autoridades de España. Incorrupto desde el siglo XII, la última vez que se expuso fue en 1985, y siempre en presencia de un forense.
Pero más allá de las creencias de cada uno, queremos saber qué explicación da la ciencia. En el Museo de Antropología Médica y Forense de Madrid, que guarda la mayor colección de momias de España, nos explican que lo que para unos son milagros, para ellos es un proceso de momificación natural. Aun así, la Iglesia les pide en numerosas ocasiones estudios antropológicos, también a médicos, que en ocasiones no consiguen resolver estos misterios, como es el caso de la sangre de San Pantaléon.
Guardada entre los muros de un convento de clausura, en el Real Monasterio de la Encarnación, cada 27 de julio, desde hace siglos y con puntualidad, se licúa la sangre solidificada de este mártir que murió decapitado en el año 305. Aunque mucho más reciente es la reliquia de la sangre del papa San Juan Pablo II que se muestra, aunque muchos lo desconocen, en la Catedral de la Almudena.
Tampoco existe una razón científica para explicar por qué el cuerpo de San Diego, enterrado en la Magistral de Alcalá de Henares, se conserva incorrupto desde el siglo XV. En esta misma catedral se guardan los restos de los Santos Niños, dos hermanos de siete y nueve años que murieron durante la persecución de Diocleciano a comienzos del siglo IV, pero también el relicario de la Santa Corona de Espinas, que aseguran, contiene dos espinas de la corona que llevo Cristo.
Prodigio, milagro o coincidencia, en Moraleja de Enmedio existen 16 formas que se consagraron dos días antes de que estallara la Guerra Civil y que 82 años después permanecen tal y como si las hubieran elaborado ayer. Este prodigio eucarístico es venerado por todo el pueblo y muchos incluso le atribuyen milagros como el de la niña Jimena. ¿Quieren saber qué le pasó?