Ideada a finales de los años 20 y concluida en 1990, esta vía que debe su nombre a las tres circunvalaciones que se planificaron para Madrid, soporta cada día, nada más y nada menos que un millón y medio de vehículos. Les hablamos de Calle 30, una de nuestras principales arterias.
Acudirmos al Centro de Control de la M-30, un organizado operativo que gracias a 1.600 cámaras vigila las 24 horas del día, los 365 días del año para evitar y solventar incidencias. A pesar de todo, nuestra Calle 30 acumula al año más de medio millón de denuncias por exceso de velocidad, -cerca del 60% de todas las que se formulan en Madrid-, con puntos conflictivos que recorremos de la mano de Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, y radares como el que veremos ponen a punto Fran y David, dos operarios acostumbrados a las bromas de familiares y amigos sobre su "responsabilidad" en las multas.
Pero además, la M30 alberga historias tan dispares como las de los vecinos de 'las Colmenas', en el barrio de la Concepción. Ellos nos cuentan que mientras se construía esta arteria en los años 70, el barrio se llenaba de clubs de alterne frecuentados hasta por ministros franquistas. Otros, como los habitantes de la zona Manzanares-Casa de Campo, se quedaron, literalmente, a las puertas del soterramiento por lo que hoy su día a día está marcado por la contaminación y, sobre todo, por el ruido.
De hecho, para intentar disminuir su impacto, en muchos tramos de Calle 30 hay instaladas pantallas anti ruido, algo que no preocupa a los vecinos de Puerta del Hierro. Banqueros, embajadores y hasta la mismísima Isabel Preysler viven en la zona en la que más pantallas de este tipo hay instaladas de toda la circunvalación.