Mi cámara y yo: Mi rastro y yo

Hay un dicho popular que dice: “Si no lo encuentras en El Rastro, es porque no existe”. Y es que en este mercadillo madrileño puedes encontrar de todo: desde juguetes y artesanías, hasta ropa de segundamano, cosas curiosas, calzado, complementos y mil chismes más.

El Rastro tiene más de 400 años de historia… ¡ahí es nada!, y se documenta desde 1740, siendo el másantiguo del mundo en la misma ubicación.

En 'Mi cámara y yo' descubrimos sus secretos y algunas de las historias más curiosas de este mercadillo que está en constante evolución.

Alejandra es una 'influencer' experta en todo lo que pasa en El Rastro. Con ella damos una vuelta por algunos de los puestos más especiales y repasamos la historia de este mercadillo tan castizo.

¿Sabían que El Rastro solo se ha cerrado una vez en 400 años y fue por la pandemia? Hasta en plena Guerra Civil permaneció abierto.

Por cierto, ¿se imaginan cómo es vivir en plena calle de la Ribera de Curtidores, dentro de las famosas“Galerías Piquer”, y tener El Rastro a sus pies?

Andrea nos enseña su casa, ya que lleva más de 30 años residiendo allí y es una de las pocas propietarias que quedan.

Y qué sería de El Rastro sin sus comercios de toda la vida como Antigüedades Palacios, un anticuarioabierto desde los años 50.

Los padres de Nuria fundaron esta tienda que va ya por la tercera generación y en la que puede encontrar verdaderos tesoros con más de un siglo de historia.

Y si hablamos de historia, visitamos una de las tiendas con más historia por metro cuadrado de Madrid.Nos referimos a un comercio de antigüedades militares donde se pueden adquirir cascos de la Primera Guerra Mundial, trajes usados en la Guerra Civil española, medallas, armas blancas y hasta objetos de coleccionismo bélico.

Una parada muy recomendable para todos los que visitan El Rastro, es el Museo de Artes y TradicionesPopulares que está ubicado en una corrala del siglo XIX.

En este edificio cargado de anécdotas se encuentra un espacio dedicado a las tradiciones, costumbres y objetos de la cultura popular española.

Y después de tanto patearnos El Rastro y sus alrededores, se nos ha abierto el apetito. Para ello nadamejor que acercarnos a una de las tabernas con más solera de Madrid.

Fue fundada en 1942 y su especialidad son los caracoles cocidos en el caldo especial de la casa, junto a especias, jamón, chorizo, codillo y un toque picante… un manjar que no debe perderse nadie que visite El Rastro. Además, allí conocemos a Amadeo que es el tabernero más longevo de Madrid… todo un personaje.

Van a comprobar como El Rastro es mucho más que un mercadillo urbano… lo mejor es perderse porsus calles, curiosear entre los puestos y regatear un poco si se animan. Una experiencia 100% madrileñaen el mercadillo más castizo de la capital.