Por el Jardín Inglés de Munich pasa el río Eisbach, y en concreto el canal del Isar, creado artificialmente y por el que las aguas bajan rápidamente gracias también a su poca profundidad (menos de un metro). Desde 1972, cuando la ciudad albergó los Juegos Olímpicos de verano, se convirtió en un punto de atracción para surferos urbanos que se atraven a peinar su pequeña gran ola. Hasta 2010 las autoridades prohibieron la práctica de esta modalidad acuática debido a su peligrosidad, pero en ese momento se levantó la mano y ahora se les permite surfear a deportistas experimentados. Y aunque el baño está prohibido, son muchos los que se animan a darse un chapuzón y dejarse llevar por la corriente canal abajo.