En los últimos años, las escuelas públicas en los Estados Unidos han reforzado sus servicios de seguridad por los ataques con armas de fuego, que se han reiterado desde la tristemente famosa masacre de Columbine y la peor en la historia del país, que ocurrió en Connecticut en 2012. Los establecimientos educativos cuentan con trabajadores de seguridad, equipos de prevención, y los niños reciben entrenamiento sobre cómo reaccionar ante catástrofes naturales, incendios o ataques con armas.
Pero las escuelas también son un centro de intercambio y aprendizaje, y el español es una de las asignaturas más populares.