La capital de Serbia es una ciudad arrasada por guerras y reconstruida decenas de veces. La llamada ciudad blanca ha vivido 7.000 años de ajetreada historia a orillas del Danubio.
Con Marta, madrileña del barrio de La Estrella, visitamos el mercado Bajloni, donde encontramos productos típicos serbios, y entramos en la fortaleza Kalemegdan, que ofrece unas bonitas vistas de la ciudad y sus ríos, el Sava y el Danubio.
Lisette, de Pozuelo de Alarcón, nos enseña la fortaleza de Golubac, en Kladovo, frontera con Rumanía y entrada a las gargantas del Danubio. Desde allí vemos la estatua del rey dacio Decébalo, de 40 metros de altura, y la mayor efigie en roca de Europa. Después visitamos Nuevo Belgrado, un barrio de arquitectura socialista que se construyó tras la Segunda Guerra Mundial.
Sergio tiene la franquicia de la marca Jumping Clay, una arcilla similar a la plastilina para moldear. Nos pasea por Zemun y nos lleva a un partido de baloncesto del Estrella Roja. Mientras, Cristina, madrileña de Plaza Elíptica, nos enseña la catedral de San Sava, la iglesia ortodoxa más grande de Europa, en la que caben 10.000 personas. Paseamos por calles en las que todavía se ven las heridas de la guerra y su difícil y reciente pasado.
Y Carlos, madrileño de la Alameda de Osuna, nos enseña la playa de Ada en el río Sava, conocemos a su multicultural familia y nos presenta a su amigo Dusan Antic, hijo de Radomir Antic.