Taiwán es una isla volcánica y eso provoca que, al año, aproximadamente 30.000 terremotos asolen el país.
Uno de ellos (de 7,6 en la escala Richter), allá por 1999, puso en jaque la isla arrasando más de 50.000 casas y llevándose la vida de 2.500 personas.
Pues bien, esta catástrofe sísmica también provocó una estampa estremecedora. Entre todo lo que destrozó, hallamos un colegio completamente devastado por el terremoto y en el que, de no ser por la franja horaria en que se produjo el seísmo, habrían muerto muchísimos niños.
El colegio, completamente en ruinas, se conserva tal cual en el Museo del Terremoto 921 con el fin de enseñar a la gente cómo ocurrió esta tragedia y concienciar a los arquitectos de construir edificios con una mayor resistencia ante movimientos sísmicos de este tipo.