El Sol en exceso y sin una protección adecuada puede dar lugar a la aparición de lunares en el cuerpo, algunos de ellos malignos.
Os enseñamos las cinco claves para indicar que tenemos un lugar sospechoso: asimetría, bordes irregulares, varios colores, diámetro mayor de 6 milímetros y cambio o evolución.
En cualquier caso, los especialistas recomiendan una revisión al año.