Prieta y recta. Es la mejor manera de reconocer una sardina fresca. Es el primer requisito, antes de empezar a cocinar, para garantizar que el plato estará exquisito.
Lo saben bien en los bares y restaurantes que ofrecen este producto de temporada en sus cartas. Las preparan en escabeche, marinadas con toque orientales, con ajoblanco…
La sardina es un pescado azul rico en Omega 3, una grasa beneficiosa para la salud que, además, le aporta jugosidad.