Vídeo: EVA S. CUESTA | Foto:Telemadrid
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El Parque Paraíso, en San Blas, ha dejado de ser un lugar de recreo para convertirse en el epicentro de un grave conflicto vecinal. La paciencia de los residentes se ha agotado y este jueves han vuelto a salir a las calles en una manifestación para gritar su hartazgo ante la situación de inseguridad y degradación que viven desde hace tiempo, y que se ha agravado con la instalación de decenas de personas acampadas en el espacio público.

La marcha, que ha recorrido varias calles del barrio y ha atravesado también el propio Parque Paraíso, uno de los puntos críticos, ha servido para visibilizar una problemática que, según los vecinos, está fuera de control.

Denuncian la presencia de narcopisos, el menudeo de drogas, incluyendo sustancias tan peligrosas como el fentanilo, robos, violencia y una suciedad generalizada que ha transformado su entorno en una zona donde reina el temor.

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"Veo mierda por todos los lados, incumplimiento de todas las leyes por todos los sitios, delincuencia por todos los lados, acampadas en el parque como si fuese un camping privado y un camping de verano, y aquí ni la policía, ni las administraciones, ni nadie hace nada", declara con rabia Raquel, una de las vecinas manifestantes.

Maribel, otra residente con megáfono en mano, relata un episodio ocurrido hace apenas un día que ejemplifica la tensión diaria. "Era un caso de acoso a una persona de una persona que lleva merodeando mucho tiempo, creando inseguridad, malestar a una chica joven. Llamamos a las autoridades, se hicieron cargo del caso y consiguieron solventar el tema porque esto es día tras día. Es que si no es eso es otra cosa, entonces es una sensación de hartazgo de unos vecinos que queremos más seguridad en el barrio de nuestra vida".

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La protesta ha contado con el apoyo de Juan, párroco de la zona, quien destaca la necesidad de actuar. "La iglesia siente la necesidad desde el pueblo y no podemos estar ni parados, sino que tenemos que defender que haya limpieza, que haya seguridad, que los que duermen en la calle, sin hogar, puedan sentirse acompañamos. Todo eso queremos, pero en un orden, claro".

La desesperación de los vecinos viene de lejos. Raquel confirma que esta es ya la séptima vez que salen a la calle a reclamar soluciones. "El año pasado estuvimos durante varios días manifestándonos, más bien protestando sin una manifestación legal. Luego nos manifestamos dos veces también con las administraciones, pero es que sigue igual".

La repetida inacción de las instituciones ha alimentado la sensación de abandono entre un barrio que ve cómo su espacio público y su calidad de vida se deterioran sin que nadie ponga freno a la situación.