Vídeo: EVA S. CUESTA | Foto:Telemadrid
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¿Te imaginas vivir en un antiguo vagón de tren de los años 50? Esta es la realidad de Fran y su socio, quienes han encontrado una forma única de revitalizar vagones viejos y totalmente derruidos, transformándolos en viviendas acogedoras. "Aquí estamos, construyendo un vagón y tratando de reformarlo en una vivienda", comenta Fran mientras trabaja en su último proyecto.

La pareja adquiere estos vagones a través de subastas, seleccionando modelos de las décadas de 1950 y 1960. Su proceso de restauración implica lijar la madera, prepararla para que sea habitable, sellar y hermetizar el espacio, y colocar rastreles para garantizar la habitabilidad.

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Uno de los retos más interesantes es la instalación del agua para servicios como ducha o grifo. "Lo corriente es conectarlo a una especie de pozo o a una depuradora que limpia el agua. En cuanto a la electricidad, se instala como en cualquier casa, con su cuadro de luces", detalla Fran.

El proceso completo para poner un vagón en condiciones puede llevar un año o más, y se venden por precios que oscilan entre 40.000 y 60.000 euros. Una vez listo, el vagón puede ser trasladado a cualquier lugar solicitado por el cliente, utilizando una grúa capaz de cargar hasta 60 toneladas.

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Alberto es uno de los afortunados propietarios de un vagón-vivienda. Para él, este espacio es un refugio personal. "Viene muy bien equipado. No soy muy cocinitas, pero tenemos lo básico: agua para limpiar platos y cocinar, microondas y baño", comparte con satisfacción.

Este innovador proyecto no solo rescata parte de la historia ferroviaria, sino que también ofrece una alternativa original y sostenible para aquellos que buscan una forma diferente de vivir.