Kala, un pedazo de Grecia que endulza el Barrio de las Letras con helados de yogurt
Cuentan con más de 20 toppings para combinarlo
El Barrio de Las Letras ha encontrado su nuevo dulce refugio. Se llama Kala, una heladería que es mucho más que un lugar para comer un postre helado; es un viaje sensorial a las islas griegas ideado por Nerea, una emprendedora que ha querido traer la esencia más auténtica y saludable de la gastronomía mediterránea a la capital.
Kala nace de una idea simple, pero poderosa: conquistar por la naturalidad. "Nace como un concepto inspirado en las islas helénicas y la gastronomía mediterránea", explica Nerea. "Quise traer un producto muy rico en Grecia como es el yogurt griego y darle un giro y transformarlo en helado".
El alma de Kala, literalmente, viene de Grecia. Cada semana, la heladería importa 600 kilos de auténtico yogurt griego directamente desde su país de origen. Este ingrediente estrella es la base de una receta meticulosa que se elabora de forma artesanal en su propio obrador. "Lo combinamos con leche, kéfir de cabra y un toquecito de limón", detalla Nerea.
"Estos helados tienen de especial que no tienen ningún azúcar añadido porque el dulzor se lo vamos a dar con los toppings. Además, tienen un toque de kéfir de cabra, que es un alimento muy bueno para la microbiota intestinal", destaca. El resultado es un helado cremoso y refrescante, con un perfil probiótico que lo diferencia de cualquier otro en el mercado.
Si el helado es la base, los toppings son la firma personal de cada cliente. Y en Kala, este universo de complementos también nace en su obrador. Elaboran previamente todas las galletas, bizcochos, granola, el crumble de nuez pecana, baklava… Con más de 20 opciones, las posibilidades son casi infinitas. "De aquí salen miles y miles de combinaciones".
Desde opciones más naturales como fruta fresca, compotas artesanales o pistacho, hasta creaciones más indulgentes, hay un topping para cada paladar. Sin embargo, su verdadero tesoro viral es el kataifi. "Nuestro estrella es el kataifi, que es de lo que está rellena la barra de Dubái que se ha hecho tan viral", comenta Nerea, refiriéndose a un popular y dulce postre de hojaldre y frutos secos.
La innovación es una constante en Kala. Su carta base siempre incluye el yogurt griego natural, pero mensualmente renuevan sus sabores según la fruta de temporada. "Este mes, tenemos yogurt griego natural con frambuesa y un sorbete para los intolerantes a la lactosa, que este mes es de albaricoque", anuncia.
La inclusividad es otro pilar fundamental. "Estamos continuamente innovando y la verdad es que hay para todo el mundo, para los celiacos incluso, ya que estos toppings en vez de estar hechos con harina de trigo están hechos con harina de maíz", asegura. Este compromiso asegura que la experiencia sea accesible y disfrutable para una amplia variedad de dietas y preferencias.
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