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Los vecinos de Lavapiés se han concentrado para protestar contra el narcotráfico y la degradación del barrio. Están alarmados por la aparición de drogas fuertemente adictivas en sus calles, por el deterioro progresivo de la convivencia y por la indefensión en la que se encuentran.

El desalojo de La Quimera ha puesto de manifiesto la existencia de problemas sociales graves. Para visibilizar esta problemática han hecho una campaña de banderas amarillas en los balcones y otra a través de las redes sociales.

Intentan 'reokupar' La Quimera de Lavapiés

A corto plazo, piden el desmantelamiento de todos los narcopisos y puntos de venta callejeros, el cierre y la retirada de licencias a las tiendas de alimentación que vendían alcohol en horario no autorizado, más presencia policial, refuerzo de los servicios de limpieza y la reposición del mobiliario urbano deteriorado.

A medio plazo, piden la elaboración de un Plan Integral para la prevención del consumo de drogas, incremento de las dotaciones policiales para la lucha contra el narcotráfico, el aumento de los recursos de los servicios sociales para atender todo tipo de necesidades con especial atención a menores y limitar el número de pisos turísticos.

A largo plazo, piden una revisión por parte de la CAM del sistema de protección de menores tutelados, una política municipal activa en materia de provisión de alojamiento social o a precio tasado y la elaboración de un plan que fomenta la lucha contra el racismo.

La mayoría de desalojados de la Quimera en Lavapiés se quedan en el barrio

"En este barrio había un colegio que se cerró hace cinco años por obras y que no ha vuelto a ser reabierto. En este barrio cuando se rompe algo no se reemplaza. Hay un abandono real, cada vez hay menos servicios sociales, cada vez hay menos vecinos. Los pisos turísticos para nosotros no son nada", nos cuenta Teresa, una de las vecinas afectadas por esta problemática.

Los vecinos recalcan que tanto los que dirigen los narcopisos como los que consumen son de todas las razas, de todos los colores y de todos los orígenes. "Necesitamos que el barrio vuelva a ser un barrio".

Desde el Ayuntamiento nos dicen que tanto Policía Municipal como Policía Nacional están llevando a cabo un importante esfuerzo con personal fijo estable en varios puntos del barrio desde el pasado mes de mayo, siempre en contacto con los colectivos vecinales, con patrullajes permanentes y refuerzo policial y social.

Por otro lado, declaran que hablar de abandono del barrio de Lavapiés por parte del Ayuntamiento no se ajusta a la realidad, ya que están renovando y restaurando múltiples zonas e infraestructuras.

En cuanto a la seguridad de la zona, afirman que se ha incrementado con la instalación de cámaras, la mejora de la iluminación junto con la reforma de espacios públicos y el aumento de presencia policial con la que se está haciendo un trabajo notable en la persecución del delito y se trabaja en evitar okupaciones, como el reciente desalojo de La Quimera.