Vídeo: EVA S. CUESTA | Foto:Telemadrid
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Son pequeños, dulces y tienen una sonrisa. Las berlinesas de la pastelería Boldú han conquistado la capital y se han convertido en un auténtico fenómeno viral. Detrás de este éxito está Enrique, quien ha dado una vuelta de tuerca a la receta tradicional de su abuelo para crear un dulce único y con carácter.

La idea nació de forma casi casual. "Un día compré un cortador de galletas en forma de muñeco y le dije a nuestro pastelero que probara", relata Enrique. El resultado no pudo ser mejor: "Lo pusimos en tienda y se empezó a vender como churros, bueno, como berlinas".

Pero estas berlinesas son mucho más que una forma simpática. En su interior late la tradición familiar. "Mi abuelo era un panadero del barrio de Gracia en Barcelona. Era la receta original de la berlina de mi abuelo", explica el Enrique. Aunque han introducido algunos ajustes, la esencia permanece intacta: "Le hemos dado quizá una vuelta, pero sigue siendo igual de deliciosa que hace 30 años".

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La clave de su textura esponjosa reside en un proceso completamente artesanal que se mantiene fiel a los métodos tradicionales. "Vamos a amasarla por la tarde, la fermentamos un buen rato, que es muy importante para que el producto salga bien tierno, todo a mano, todo como hace 50 años", detalla Enrique sobre el proceso que se realiza en su obrador.

Tras la cocción, cada berlina recibe un baño de glasa para crear una capa fina y cristalina antes de ser rellenada una a una. "Y después de rellenarlos, lo que hacemos es bañarlos de la manera más creativa que podemos", añade.

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La masa siempre es la misma, pero las posibilidades son casi infinitas. Con hasta diecisiete rellenos diferentes y decoraciones que cambian según la temporada, estas berlinesas se adaptan al calendario. "Según la temporada se disfraza o cambia de forma, de sabor, de color", comenta Enrique.

Además, la pastelería ofrece la posibilidad de personalizar los dulces al momento en cualquiera de sus establecimientos y cuenta con una línea solidaria. "Así es, las colecciones que llamamos de Retorno a Sociedad", concluye.

Un dulce que, gracias a su sonrisa y su sabor, ha llegado para quedarse y endulzar el día a día de los madrileños.