La disfunción eréctil afecta a uno de cada cinco hombres y, por tanto, a una de cada cinco parejas. Se trata de un trastorno que genera complejos, sentimientos de culpabilidad y a la larga problemas de convivencia.
Darío Fernández, médico de familia, ha estado en plató aclarando algunos puntos que siempre generan dudas: por ejemplo, disfunción eréctil se considera sólo a partir de dos meses seguidos sin que el hombre haya podido tener erecciones suficientemente duraderas y vigorosas. Por tanto, una mala noche la tiene cualquiera, y eso no es disfunción.
Por otro lado, los centros de atención primaria están perfectamente preparados para tratar estos casos. No es necesario acudir en primera instancia a clínicas especializadas.
La mayoría de las causas de la disfunción eréctil son orgánicas (obesidad, hipertensión, malos hábitos...) y, por tanto, evitables, mientras que apenas un 20% de casos se debe a cuestiones psicológicas.
Y es que este trastorno es, básicamente, un problema vascular. Entender lo que está ocurriendo, pedir ayuda y convertir el encuentro sexual en algo placentero y no en una obsesión que genere ansiedad son claves para poner remedio.
