Los examinadores de tráfico están convocados a una huelga de 24 horas el próximo día 21, una jornada en la que funcionarios del colectivo de toda España se concentrarán en Madrid para pedir mejoras laborales y, sobre todo, denunciar las agresiones que sufren por parte de alumnos suspendidos.
Francisco Camarillo, secretario nacional de Acción Sindical del CSI-F, y Manuel de Santiago, examinador, han anunciado esta movilización en rueda de prensa, en la que han explicado las condiciones laborales de los 700 examinadores de tráfico. Desde el pasado 14 de septiembre, un 70 por ciento de la plantilla, según el sindicato, está llevando a cabo paros diarios de tres horas, lo que ha provocado la suspensión de más de 45.000 exámenes.
Aunque también reclaman una revisión salarial, su mayor reivindicación es la adopción de medidas que garanticen su seguridad, toda vez que las agresiones a los examinadores por parte de alumnos no conformes con el resultado de su prueba han aumentado desde la crisis. De hecho, según ha explicado De Santiago, el año pasado se produjeron ocho agresiones con lesiones y que llegaron a juicio, en tanto que en lo que va de año la cifra es ya de 15, a las que hay que añadir las verbales y otras menos graves.
Una solución que plantea el colectivo es no tener que dar el resultado al aspirante "en caliente" y, por ello, demanda soluciones que podrían ser similares a las de Francia, donde se informa al alumno "en diferido", es decir, al día siguiente, y en un lugar seguro. Porque, según ha explicado De Santiago, el actual sistema de informar al alumno dentro del coche en el que se ha examinado, en un habitáculo tan pequeño, conlleva un mayor riesgo de sufrir una agresión.
La pérdida de valores, la situación económica, el coste de las clases o la necesidad de contar con el carné para encontrar un puesto de trabajo son algunas de las razones que podrían explicar esas agresiones, que en su mayoría se producen en zonas aisladas, polígonos industriales o caminos alejados de las ciudades.