En Madrid han sido detenidos dos marroquíes, presuntos integrantes de una célula vinculada a DAESH. Tienen 43 y 22 años. Estaban especializados en la yihad electrónica, que consiste en difundir masivamente material audiovisual orientado a la captación de adeptos en todo el mundo para su conversión. Según el Ministerio de Interior, estaban preparados para atentar en suelo europeo mediante acciones suicidas u otros métodos homicidas.
La Policía los ha detenido esta madrugada en Madrid. Los dos marroquíes se encontraban en un "avanzado y peligroso proceso de radicalización" que los hacía susceptibles de convertirse en terroristas suicidas, según ha informado el Ministerio del Interior.
Los detenidos, de 43 y 22 años, constituían una "célula terrorista especializada en realizar la yihad electrónica", que consiste en difundir masivamente material audiovisual orientado a la multicaptación de adeptos para la organización terrorista DAESH.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, tiene previsto facilitar los pormenores de estas detenciones en una rueda de prensa que ofrecerá en la sede de la Dirección General de Tráfico tras su intervención en el Pleno del Consejo Superior de Tráfico.
AVANZADO PROCESO DE RADICALIZACIÓN
La operación, llevada a cabo por agentes de la Comisaría General de Información, continúa abierta y se ha desarrollado bajo la supervisión del Juzgado Central Instrucción, Número 4, y la coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Los dos detenidos, según Interior, "se encontraban en un avanzado y peligroso proceso de radicalización que les llevaba a visionar de forma reiterada material apto para el autoadiestramiento lo que les capacitaría para convertirse en combatientes 'nghimasi".
Los "inghimasi" son personas preparadas para cometer atentados terroristas en suelo europeo "siguiendo el modus operandi ya utilizados en ciudades de Reino Unido, Alemania, Bélgica o Francia, mediante la comisión de acciones suicidas o la confección de artefactos explosivos caseros".
Uno de los detenidos, de 43 años y principal objetivo de las investigaciones, mantenía un contacto "continuo e incesante" en más de un centenar de webs orientadas al adiestramiento terrorista del DAESH.
Este individuo consumía, "de forma reiterada", asegura Interior, material audiovisual muy sensible, fundamentalmente tutoriales sobre los procedimientos para la confección de artefactos explosivos con sustancias de fácil acceso y mediante técnicas sencillas, lo que evidenciaba "un avanzado estado de radicalización y peligrosidad".
Los detenidos realizaban un continuo seguimiento de sitios virtuales sobre formación ideológica y operativa de combate, y su actividad diaria en la red se focalizaba en el autoadiestramiento como combatientes "inghimasi", terroristas preparados para atentar en suelo europeo mediante acciones suicidas u otros métodos homicidas.