En las próximas cinco semanas España se juega su futuro. De no llegar los partidos a un pacto de investidura antes del 2 de mayo, el rey decretará la disolución de las Cámaras y convocará elecciones para el próximo 26 de junio.
Los mismos partidos que durante tres meses han sido incapaces en ponerse de acuerdo para formar gobierno sólo tardaron unos minutos en concederse tres semanas de vacaciones, así que parece conveniente recordar a sus relajadas señorías que el país ha entrado en tiempo de descuento.