El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó de forma definitiva la reforma del Código Penal con el único apoyo expreso del PP y la oposición de todos los demás grupos parlamentarios, que lo consideran regresivo por el aumento "generalizado" de las penas y la introducción de la prisión permanente revisable, que consideran en la práctica la reinstauración de la cadena perpetua.
El ministro de Justicia, Rafael Catalá, tomó la palabra al final del debate para subrayar que la reforma es "un mejor instrumento" para defender los derechos y las libertades de los ciudadanos, ya que el Código Penal se adecua a las nuevas formas delictivas para proteger mejor a quienes más lo necesitan. Es, por tanto, un "buen día para nuestro Estado de Derecho y nuestra democracia".
En nombre del PP, Leopoldo Barreda subrayó que la reforma hará "más ágil y eficaz" la respuesta penal, y acusó a los grupos de la oposición de "encastillarse en su caricatura" con una "nula" voluntad de acuerdo mostrada en la tramitación.
Insistió en que dos tercios de los ciudadanos respalda la prisión permanente revisable, que ha sido avalada por el Consejo de Estado y que respeta el Tratado de Roma y la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. No renuncia a la reinserción del penado pero responde a la seguridad que exigen los ciudadanos, aseguró.