“No es descartable que, en un futuro, el alergólogo pueda integrar, con la ayuda de la inteligencia artificial, los estudios ómicos del paciente con la información sobre exposiciones ambientales y sensibilizaciones para decidir cuál es el tratamiento más adecuado para el paciente que esté evaluando”. Esto que nos avanza el doctor Tomás Chivato, alergólogo, decano de la facultad de medicina de la universidad CEU San Pablo y vicepresidente de Educación y Especialidad en la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica, no es un futuro lejano, sino factible a corto plazo.
De hecho, abunda el doctor Tomás Chivato, “la alergología ha entrado en una aproximación molecular diagnóstica de precisión mediante el empleo de tecnología de alto rendimiento para definir nuevos biomarcadores”.
El objetivo es identificar moléculas genuinas de sensibilización y aquellas responsables de reactividades cruzadas, así como los riesgos asociados a determinadas sensibilizaciones. Este enfoque se ha trasladado al plano terapéutico, con la introducción de la inmunoterapia molecular que cada vez será más conocida y mejor empleada.