Con los implantes dentales tenemos la posibilidad de reemplazar los dientes que se pierden por caries o traumatismos y reponer la capacidad masticatoria que en otros momentos eran muy difíciles de realizar. En siglos pasados cuando dolía una pieza se sacaba, pero nunca se reposicionaba. En el siglo XXI se reponen las piezas siempre y cuando se tengan unas condiciones bucodentales que permitan la reposición.
En este campo se ha avanzado hasta el punto de que actualmente es posible colocar el implante y el nuevo diente fijo en el mismo día y, como afirma el doctor Carlos Belarra, “enseñar al paciente el resultado final de una cirugía antes de realizarla y adaptando las intervenciones a las características únicas de cada paciente. Es una medicina personalizada y de precisión para la que hay que contar con especialistas”.
En nuestro país, asegura el doctor Belarra, tenemos magníficos odontólogos, muy bien formados y que, como ocurre en Medicina, “no van a dejar de estudiar para ponerse al día porque los adelantos tecnológicos avanzan a una velocidad endiablada y nos van marcando el camino”.
Ahora bien, “el acceso al dentista no debe ser un privilegio, sino un derecho básico y universal de todos”, afirma el doctor Belarra. Sin embargo, ese objetivo no se cumple de manera homogénea en todo el territorio nacional y por eso desde la Organización Colegial de Dentistas de España se reclama la necesidad de incrementar el número de plazas que existen actualmente en la Sanidad Pública para dentistas e higienistas como la única forma de garantizar a los pacientes una atención sanitaria de calidad.