Con los nuevos test rápidos conocemos si una persona ha padecido o no la enfermedad. Podemos cuantificar los anticuerpos IgG, que indican infección pasada superada, o la IgM, que nos indica infección actual o reciente. Esto es decisivo para controlar los brotes que ahora se están produciendo. Además sabemos que los corticoides y anticoagulantes son esenciales para frenar la inflamación y prevenir trombosis y embolias.
Entre tanto estamos más cerca de lograr una vacuna segura y eficaz que probablemente lo sea frente a todas las mutaciones conocidas del virus. Así lo apunta en Fórmula Salud Estanislao Nistal, profesor de virología y microbiología de la facultad de Farmacia de la universidad CEU San Pablo.