Una red global de 900 investigadores comparte datos para intentar determinar si la genética humana tiene una influencia en el desarrollo de la COVID-19 y cómo puede usarse este conocimiento para, entre otros aspectos, el desarrollo de tratamientos contra la pandemia.
La genética, pues, se ha revelado como una herramienta eficaz, primero para conocer mejor el virus y después para fabricar fármacos o vacunas que permitan frenar los contagios.
Nuno Henriques Gil, catedrático de genética y director del grado de Genética en la Universidad CEU San Pablo, analiza en Fórmula Salud, las grandes expectativas que su disciplina aporta en esta pandemia.