“En aquella guardia me contagié”. Esta es una explicación redundante de no pocos profesionales madrileños que comentan a Fórmula Salud de qué manera se convirtieron en “cazador cazado”.
Estábamos desbordados, nunca vimos nada igual, no nos protegieron lo suficiente, cada día era una nueva tragedia, además de manos faltaban medios, no podía dejar de llorar, la soledad infinita…Así son las palabras de unos héroes que hallaron su grandeza en la misión vocacional que los llevó a dedicar su vida para cuidar a quienes pierden la suya.