Despedimos el mes de julio visitando los campos de girasoles que cubren el paisaje de nuestro país.
Esta flor, de origen americano, es símbolo del sol y el amor según la mitología griega.
Típica del verano, sigue un ciclo circadiano interno que le hace girar de este a oeste en la dirección del sol. Este movimiento va ralentizándose tras pasar la etapa de floración inicial y llegar a la madurez.