El Real Madrid dejó muy encarrilado su billete para octavos de final de la Liga de Campeones después de vencer este miércoles al Shakhtar Donetsk (2-1) en un partido malo, de la cuarta jornada de la fase de grupos, gracias al tándem Vinicius-Benzema, que volvió ser decisivo este miércoles en el Santiago Bernabéu.
El equipo de Carlo Ancelotti salvó un envite sin brillo, muy lejos la versión que le llevó a golear a los ucranianos hace dos semanas y con la inspiración enterrada. No hubo ni fluidez, ni el caudal ofensivo que se preveía ante un rival para la ocasión. El partido fue más bien feo y el Shakhtar -valiente y atrevido- tuvo sus opciones de haber dado algún susto a última hora.