Esta semana pasada se ha resuelto el caso de una menor y su novio que planearon el asesinato del hermano de la chica porque no aceptaba el noviazgo. Pocos días después de perpetrar el crimen se podía ver a la pareja disfrutando de un día de playa como si nada hubiera pasado. Recordamos otros casos similares como el de Seseña donde una menor fue asesinada por su compañera de clase, como también ocurrió en Ripollet, o el conocido como 'asesino de la katana', José Rabadán, que asesinó a sus padres y a su hermana, también siendo un menor. Son casos muy aislados pero nos preguntamos ¿qué ocurre en la mente de estos menores asesinos que no muestran ningún arrepentimiento?