A mediados del siglo XIX, Isabel II, lo cambió todo. Sufría psoriasis y los médicos le recomendaron tomar baños de sal, con lo que tuvo que visitar el mar. La reina mandó construir una casa en la orilla de la playa en San Sebastián, revolucionando la forma de veranear de los españoles. A raíz de ello, llegaron los chiringuitos, las hamacas, las sombrillas... hasta cómo lo conocemos hoy en día.