La idea era crear una verdadera playa en la desembocadura del Arroyo del Fresno, el proyecto lo gestionó Manuel Muñoz Monasterio, el arquitecto responsable del Santiago Bernabéu y la Plaza de Toros de Las Ventas.
Se consiguieron embalsar 80 mil centímetros cúbicos de agua, la playa de Madrid era todo un éxito, y acceder sólo costaba una peseta y media. Aunque fue la Guerra Civil, y el desarrollo de un complejo deportivo, lo que hizo que la playa fuera abandonada.