Se trata de un tubérculo, empleado generalmente en la alta cocina. Su sabor es similar a la alcachofa, dulce e intenso. Por ello, también es conocida como la ‘alcachofa de Jerusalén’.
Para acompañar carnes, platos de caza e incluso pescados, se suele cocinar asado, al vapor o frito.
En cuanto a sus propiedades tiene un bajo nivel en grasa, es rico en fibra y su piel es comestible.