Los frontones de Madrid, auténticas joyas arquitectónicas y centros sociales

Foto: Telemadrid |Vídeo: Telemadrid

Aunque parezca mentira, Madrid fue la capital de la pelota vasca durante un tiempo. Hizo furor a finales del siglo XIX y principios del XX por la aristocracia que veraneaba en Donostia y, por tanto, lo importó a Madrid. Florecieron decenas de frontones, construcciones con una belleza suprema de los que ahora sólo queda en pie el Beti-Jai.

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En 1935 comenzó la construcción del espectacular frontón Recoletos, situado junto a la Biblioteca Nacional. Su capacidad rondaba las 2.300 personas y su arquitectura sorprendió a todos siendo la mejor instalación para jugar a la pelota vasca del siglo XX. Lo que más destacaba era la cubierta formada por dos bóvedas cilíndricas.

Gracias a su buena iluminación a través de una amplia cristalera, el frontón de Recoletos tenía un gran programa de pelotaris. Aunque con el comienzo de la Guerra Civil el verano de su inauguración, el calendario se paralizó.

Frontón Beti-Jai / Telemadrid
Frontón Beti-Jai |Telemadrid

Durante la contienda, fue utilizado como hospital de sangre para heridos en el frente. En unos bombardeos del bando nacional, varios obuses cayeron en su techo haciéndole perder su bóveda. Su futuro fue decayendo hasta que fue demolido en 1973.

Por otro lado, uno de los frontones más bonitos y el único que todavía sigue en pie es el Beti-Jai, en el barrio de Chamberí. Inaugurado en 1894 tenía una capacidad para 4.000 personas y estaba construido sin techo, al aire libre.

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El Beti-Jai funcionó como frontón hasta 1918 y a partir de ese año tuvo diversos usos como taller de coches, comisaría, cárcel y taller, entre otros. Fue declarado Monumento Nacional en 1991 y Bien de Interés Cultural (BIC) en 2011. Hace ocho años el Ayuntamiento de Madrid adquirió su propiedad para rehabilitarlo y mantener su esencia.

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