Vídeo: Redacción / Efe | Foto:Telemadrid
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De las pérdidas de balón que le costaron los dos primeros goles a la falta de rentabilidad ofensiva del buen inicio, la menor solidez de su defensa o una reacción insuficiente, estas son las claves de la goleada encajada por el Atlético de Madrid ante el campeón de Europa, el Bayern Múnich (4-0).

La goleada, que iguala el peor varapalo europeo de los rojiblancos desde que los entrena el argentino Diego Pablo Simeone, dejó algunas claves que provocaron el 2-0 en una primera mitad, y demostraron que el Atlético ni es tan sólido en defensa como otras temporadas, ni ha mejorado en su contundencia en ataque, esta que sí tuvo el Bayern, según admitió el propio Simeone.

Dos pérdidas de balón en momentos clave

El Atlético de Madrid no hizo una primera parte tan mala como para merecer el 2-0 que reflejaba el marcador del Allianz Arena en el intermedio, pero sí tuvo dos errores clave que condujeron a los dos tantos el equipo bávaro, que además del tanto gozó de una ocasión clara, un remate del central Niklas Süle tras un saque de esquina que golpeó en uno de los postes de la portería de Jan Oblak.

El primer error fue del portugués Joao Félix, que no luchó con suficiente entrega en un rebote tras un ataque bávaro que le ganó el alemán Joshua Kimmich lanzándose al suelo. Mientras el mediapunta luso daba el balón por perdido y espacio al rival, Kimmich tuvo tiempo para suministrar un centro preciso y medido al francés Kingsley Coman, que controló solo ante Oblak y marcó el 1-0.

4-0. El Atlético cae en Munich ante un autoritario Bayern

También el segundo gol llegó como fruto de un error, en este caso de una pérdida del mexicano Héctor Herrera, que tuvo un fallo en la salida de balón del que se aprovechó el francés Corentin Tolisso para lanzar un rápido contragolpe que pasó por los pies del polaco Robert Lewandowski y Coman para finalmente acabar en los pies del alemán Leon Goretzka, autor del 2-0 con un fuerte disparo.

Un buen inicio no rentabilizado en ataque

Pese a la goleada, el Atlético cuajó un buen inicio. Incluso un gran inicio, en el que salió presionante, mandó con el balón y circulando el esférico con velocidad en busca de sorprender al campeón de Europa.

En esas, tuvo una ocasión muy clara, en una circulación de derecha a izquierda que acabó en un centro raso del brasileño Renan Lodi para la llegada del uruguayo Luis Suárez que ninguno de los defensores del Bayern supo interceptar, pero al que tampoco consiguió llegar el ariete uruguayo, a quien solo con tocar el balón le habría bastado para marcar el 0-1.

Rentabilizar las ocasiones es clave para derrotar a un equipo de la talla del campeón de Europa y el Atlético no logró hacerlo, algo que se paga ante un equipo de este calibre. Lo sabe bien Luis Suárez, que en sus últimos dos duelos contra los bávaros ha visto cómo sus equipos encajaban 12 goles: los ocho que recibió con el Barcelona en los cuartos de final del curso pasado (2-8) y los cuatro que encajó con el Atlético.

Menor solidez defendiendo en campo propio

El Atlético nunca ha ganado en sus visitas a Múnich. En las dos ocasiones anteriores que visitó la capital de Baviera cayó, por 2-1 en las semifinales de 2016 -un resultado que le permitió avanzar a la final de Milán (Italia) tras el 1-0 del Vicente Calderón- y por 1-0 en la fase de grupos de la siguiente campaña, la 2016-17.

Sin embargo, en ambos encuentros demostró las señas de identidad que le han definido en sus siete anteriores participaciones europeas: un equipo sólido, rocoso, capaz de aguantar durante muchos minutos en campo propio sin encajar o reduciendo esas opciones al mínimo.

No fue así este miércoles, cuando tuvo muchos problemas en el costado derecho de la defensa, donde el inglés Kieran Trippier perdió la marca de Coman en el 1-0, y también le resultó imposible frenar a Kimmich y Tolisso por el centro, quizás por contar con una pareja de pivotes -Herrera y Koke Resurrección- menos posicional y más ofensiva que en visitas anteriores.

Reacción insuficiente

Con el 2-0 encajado en la primera parte, el Atlético necesitaba imperiosamente una reacción rápida en la segunda mitad para contar con alguna opción de plantear batalla al Bayern. Lo intentó el conjunto rojiblanco, que incluso llegó a marcar un tanto por parte del portugués Joao Félix a los dos minutos de la reanudación, pero fue anulado por un fuera de juego posicional de Luis Suárez.

El belga Yannick Carrasco fue protagonista en este sentido, protagonizando gran parte de la producción ofensiva de los rojiblancos, pero tampoco acertó en el momento clave.

En el minuto 64, un contragolpe conducido por Joao Félix desde campo propio dejó al belga en una posición inmejorable, ya que el luso había atraído a los centrales hacia sí, pero Carrasco en lugar de chutar directamente a portería se hizo un autopase que dio tiempo a un defensor del conjunto bávaro a llegar a su posición y abortar el ataque.

Alemania, escenario de las peores noches del Atlético de Simeone

El 4-0 del Allianz Arena iguala la que hasta ahora había sido la peor noche del Atlético en Europa con Diego Pablo Simeone al frente del equipo: la del 24 de octubre de 2018, cuando recibió otros cuatro tantos en el Signal Iduna Park de Dortmund, con tantos del belga Axel Witsel, dos del portugués Raphael Guerreiro y uno del inglés Jadon Sancho.

Aquel mal resultado, también en una fase de grupos, no impidió al Atlético superar esa instancia, ya que ganó 2-0 a los alemanes en el Wanda Metropolitano y al Mónaco, lo que le permitió seguir adelante. En octavos de ese año se cruzó con el Juventus de Turín italiano, al que ganó por 2-0 en la ida en Madrid, pero que le propinó un 3-0 en Italia con triplete del portugués Cristiano Ronaldo, tercer peor resultado en las noches europeas del Atlético de Simeone.