Luis Enrique entró tranquilo, hasta sigiloso. Una actitud que duró unos segundos antes de bromear en su primer día y con el capitán Sergio Ramos.
Antes de saltar de saltar al terreno de juego dejó claro que lo suyo iba a ser un show, que contaría con espectáculo en cada entrenamiento.
Perchas, cromos, pizarras...
En cada convocatoria Luis Enrique también monta el espectáculo, desde pizarras a cromos, pasando por las perchas, esa que echó en falta Joaquín.
Es un Luis Enrique mucho más alegre, más risueño y más bromista e incluso cuando le preguntan por quién no está. Pero ya sabemos que es un hombre humilde. Y que él solo se encarga de entrenar, eso sí desde las alturas.