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El fichaje del defensor francés Lucas Hernández por el Bayern Múnich supone para el Atlético de Madrid un adiós advertido meses atrás, cuando en diciembre se conoció el interés del club bávaro y una grieta en el futuro del club, que pierde a un jugador de 23 años con un gran porvenir.

El traspaso supondrá que el zaguero galo, campeón del mundo con su selección en el Mundial de Rusia 2018, jugará con el Bayern las próximas cinco temporadas a cambio de los 80 millones de euros de su cláusula, ha venido acompañado de la noticia de la operación en la rodilla derecha, que prácticamente le imposibilitará volver a jugar de rojiblanco.

Una despedida cantada

Una despedida que se había advertido en cierta manera a finales del mes de diciembre, cuando el diario Marca anunció su marcha durante el mercado de traspasos de enero, negada por el Atlético en ese momento, en el que recordaba su "excelente relación" con el club alemán.

El movimiento final se produjo tres meses después, con el acuerdo entre ambos clubes por el pago de la cláusula de rescisión del jugador, de 80 millones de euros. Lucas decidió no aceptar la oferta del club para ampliar su contrato, que ya había sido renovado hasta 2024 justo antes de que se proclamara campeón Mundial en Rusia.

"Ésta es la decisión más difícil e importante que he tenido que tomar en mi carrera deportiva. El Atlético, para mí, significa muchas cosas ya que aquí es donde he crecido como futbolista, como persona y me he convertido en el jugador que soy", aseguró el zaguero francés en el comunicado en el que el club rojiblanco anunció su salida.

No en vano Lucas, hijo del exjugador Jean François Hernández (que jugó en el Atlético en la temporada 2000-01), entró en la cantera rojiblanca con once años, en 2007, procedente del Rayo Majadahonda y progresó en las categorías inferiores del club colchonero hasta debutar un 3 de diciembre de 2014 en un partido de la Copa del Rey contra el Hospitalet.

Una fuga más en defensa

Sin Lucas Hernández, el Atlético pierde a uno de los baluartes de futuro de su plantilla, de la que con 23 años es el tercer futbolista más joven, tras el zaguero argentino Nehuén Pérez (18) y el centrocampista Rodrigo Hernández (22).

Lucas y José María Giménez (24) eran los dos futbolistas, por edad y por experiencia, llamados a liderar el futuro de la zaga rojiblanca, más aún con la probable salida de Diego Godín al fútbol italiano, y la duda sobre la continuidad de Filipe Luis la próxima temporada.