Pintaba una noche tranquila. Cristiano Ronaldo estaba dispuesto a sellar su sexta clasificación para un Mundial. Pero sin esperarlo, cambio de planes.
Irlanda pone contra las cuerdas a Portugal, y CR7 pierde los papeles. Fruto de la desesperación, el capitán luso le propina un duro codazo a un rival. Parece haber olvidado lo que dijo en la previa.
El árbitro le expulsa, y Cristiano estalla. El portugués se marcha del terreno de juego entre burlas de los aficionados irlandeses, tanto los presentes en el estadio como los que lo vieron a distancia.
Cristiano pone en peligro el billete al Mundial de 2026, y Portugal arremete contra su capitán. Si gana a Armenia y se clasifica, el astro portugués podría perderse el debut de su sexta cita mundialista.
Al menos tres partidos por agredir (se incluye propinar codazos) a un adversario u otra persona que no sea un oficial de partido). Un comportamiento, que en su etapa madridista, ya se vio más de una vez.