Una mediocre gira americana y un documental autocrítico sembraron dudas sobre la profesionalidad de Carlos Alcaraz.
Pero la temporada de tierra ha despejado estos temores. La proeza de Alcaraz, en lo técnico y en lo físico, justifican su preparación.
Tras festejar en París tiene pensado hacer lo mismo en Ibiza, como el año pasado. Un periodo de fiesta tras el que ganó Wimbledon, así que es difícil reprocharle este ritmo.Sus resultados le avalan: 31 victorias y 4 títulos en lo que va de año. Parece que ir a su manera, funciona.