Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Kilometro 57 a la altura de El Pardo, todavía a las puertas de Madrid, los manifestantes bloquean la carrera. Los ciclistas intentan sortear a los violentos, pero uno de ellos decide tirar al primero que pilla.

La Guardia Civil comunica al pelotón que se detiene la prueba. Los ciclistas empiezan a asumir la Vuelta se acabó. Se cumple la voluntad de una marea de ciudadanos que han tomado las calles de Madrid para reventar la competición.

La organización de la Vuelta, hundida por el boicot de los violentos

La zona cero es Atocha. El homenaje a los ciclistas en el circuito de Cibeles se transforma en un campo de batalla. Nadie recoge el mensaje. Los antidisturbios desbordados retroceden, son incapaces de contener a una turba violenta que impone su voluntad.

Un boicot a la Vuelta que trasladó la ceremonia de los campeones de la vuelta al parking del hotel de los equipos, con una imagen humillante.

La prensa internacional, sin tapujos: vergüenza, inédito, escandaloso

Jonas Vingegaard tenía que subirse a una nevera con el uno pintado con rotulador para lucir su jersey rojo. En un comunicado el danes mostró su dolor.

También pudo lucir su mallot blanco, como lider de los jovenes, Richitelli del equipo Israel, una fiesta con champán pero con un sabor muy amargo. La marca del bochorno es lo que nos dejó la jornada final de la Vuelta a España.