Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Nos remontamos al siglo XVIII en Rusia, gobernada por el Zar Pedro el Grande. Uno de sus objetivos siempre fue occidentalizar su país.

Para ello, trataba de imitar muchas de las acciones que aquí se llevaban a cabo. El Conde de Tolstoi quiso hacer un regalo al zar y al conocer que trataba de que su corte se pareciera a las europeas decidió regalarle un bufón.

El Conde mandó comprar un niño de Sudáfrica para regalarselo. Al Zar le parecía gracioso, llegando incluso a retratarse con él.

Pedro el Grande | Redacción

Sin embargo, como le había conocido desde que era muy pequeño, el Zar le puso su apellido y le llamó Abram Petrovich Gannibal.

Tras la muerte del Zar

El Zar decidió enviarlo a Francia a una escuela militar, donde Gannibal se convirtió en ingeniero militar. Al regresar a Rusia, fue apreciado.

Aunque tras la muerte del Zar, la corte no se fiaba de él y decidieron enviarlo a Siberia. Y, a su vez, a la muerte de sus rivales, regresó y fue apreciado por los ciudadanos como militar.

Participó en grandes obras arquitectónicas, tuvo mucho éxito y su hijo llegó a alcanzar el grado de General.